Infección de Vías Urinarias.
Sus vías urinarias son los órganos que acumulan y
almacenan orina, y la liberan de su cuerpo. Entre estos órganos se
encuentran los riñones, que eliminan los desechos líquidos de la sangre
en forma de orina, mantienen el balance de sales y otras sustancias en
la sangre, y producen una hormona que ayuda a formar glóbulos rojos.
También se encuentran los
uréteres, delgados tubos que llevan la orina desde los riñones hasta la
vejiga,
una cámara triangular en la parte inferior del abdomen que almacena
orina; y la uretra, un tu
bo por el que pasa la orina al salir del
cuerpo.
QUE SON LAS INFECCIONES DE VIAS URINARIAS?
Una infección de las vías urinarias (IVU) es una
infección en cualquier parte de las mismas. La orina normal es estéril.
Contiene fluidos, sales y desechos, pero está libre de bacterias, virus,
y hongos. Cuando microorganismos, generalmente bacterias del tubo
digestivo, se aferran a la uretra, que es la abertura a las vías
urinarias, y comienzan a reproducirse, ocurre una infección.
La mayor parte de las infecciones es causada por una clase de bacterias,
Escherichia coli (E.
coli), que habitan normalmente en el colon. En la mayor parte de los
casos, las bacterias comienzan a crecer en la uretra y a menudo se
desplazan a la vejiga, causando una infección de la vejiga o
cistitis.
Si la infección no se trata rápidamente, las bacterias pueden ascender a
través de los uréteres e infectar los riñones. Esta grave afección se
llama
pielonefritis.
Unos microorganismos llamados
clamidia y micoplasma también pueden causar IVUs
tanto en mujeres como en hombres. Estas infecciones suelen ocurrir en
la uretra y en el sistema reproductor (el útero, o matriz, y los ovarios
y trompas de Falopio). A diferencia del
E. coli, la
clamidia y el
micoplasma pueden transmitirse sexualmente, y ambos miembros de la pareja deben tratarse por la infección.
Algunas mujeres tienen una afección de largo plazo llamada
cistitis intersticial,
también conocida como síndrome de vejiga dolorosa o síndrome de
frecuencia-urgencia-disuria. En esta afección, la pared de la vejiga se
inflama o se irrita, lo que afecta la cantidad de orina que la vejiga
puede almacenar. La cistitis intersticial puede causar cicatrización,
rigidez y sangrado en la vejiga. Esta compleja afección es distinta a
una IVU, y los científicos no saben cuál es su causa.
No todo el que padece una IVU tiene síntomas, pero
la mayor parte de las personas muestran por lo menos algunas señales.
Pueden variar desde levemente molestas hasta muy dolorosas. Algunos de
los síntomas son sentir una necesidad urgente de orinar pero sólo
expulsar una pequeña cantidad de orina, y una sensación de quemazón,
presión o dolor en el área de la vejiga o al orinar.
La orina puede
parecer lechosa o nebulosa, hasta rojiza si tiene sangre. No es poco
común
sentirse cansada,
temblorosa o sin energía. A menudo, las mujeres
sienten una presión incómoda por sobre el hueso púbico, y algunos
hombres tienen una sensación de plenitud en el recto. Una
fiebre puede
indicar que la infección ha llegado a los riñones. Otros síntomas de una
infección renal pueden ser
el dolor en su espalda, o en su costado por
debajo de las costillas,
náusea o v
ómitos, y
escalofríos. Es muy
importante ver a su proveedor de atención médica a la primera señal de
dolor, irritación, o sangre al orinar, o si tiene un malestar en su
abdomen o la cercanía del mismo, en la espalda o en los lados. Una IVU
no tratada puede conducir a una infección renal. Una infección renal no
tratada o recurrente puede conducir a la cicatrización de los riñones y
daño permanente a los mismos.
¿Quiénes están en riesgo de padecer IVUs?
Algunas personas tienen mayores probabilidades de padecer una IVU que otras, pero aproximadamente una de cada cinco mujeres tendrá una IVUS en algún momento de su vida. Las mujeres padecen más IVUs
que los hombres. Puede ser porque la uretra de una mujer es
relativamente corta, lo que les permite a las bacterias un acceso rápido
a la vejiga. También puede ser porque la abertura de la uretra de las
mujeres está cerca de fuentes de bacterias tales como el ano y la
vagina.
Para muchas mujeres, el coito parece provocar una
infección. De acuerdo a muchos estudios, las mujeres que utilizan un
diafragma tienen una mayor probabilidad de padecer una IVUS que
aquellas que utilizan otros métodos anticonceptivos. Recientemente, los
investigadores han descubierto que las mujeres cuyas parejas usan
preservativos con espuma espermicida tienden a tener un crecimiento de
bacterias
E. coli en la vagina. Los preservativos no lubricados
y aquellos con espuma espermicida aumentan la irritación y ayudan a que
las bacterias causen síntomas de IVU. Otras opciones son utilizar preservativos lubricados sin espermicida o un lubricante no espermicida.
Las mujeres tienen un mayor riesgo de padecer IVUS
luego de la menopausia. Las paredes de las vías urinarias se tornan más
delgadas luego de la menopausia, lo que debilita sus recubrimientos
mucosos. Entonces, los recubrimientos mucosos son menos capaces de
resistir a las bacterias. Los músculos de la vejiga también se tornan
menos elásticos (o no pueden extenderse como lo hacían antes) y puede
que la vejiga no se vacíe completamente. Esto puede contribuir a una IVUS.
Cualquier anomalía de las vías urinarias que obstruya el
flujo de orina (un cálculo renal, por ejemplo) hace más probable la
infección. Los
catéteres, tubos que se colocan en la vejiga
para ayudar a orinar a quienes que están inconscientes o gravemente
enfermos, son una causa de infección habitual. Las bacterias en el
catéter pueden infectar la vejiga, y es por eso que el personal del
hospital se ocupa especialmente de mantener estéril el catéter y de
quitarlo lo antes posible. Los diabéticos tienen un mayor riesgo de
padecer IVUS debido a los cambios en el sistema inmunológico.
Cualquier enfermedad que inhiba el sistema inmunológico, tal como la
diabetes, aumenta el riesgo de padecer una IVUS.
¿Se padecen más infecciones de las vías urinarias durante el embarazo?
Las mujeres embarazadas no parecen tener más probabilidades de padecer IVUs que otras mujeres. Sin embargo, una vez que ocurre una IVU en
una mujer embarazada, es más probable que ésta de desplace a los
riñones. Los científicos piensan que los cambios hormonales y los
cambios de posición de las vías urinarias durante el embarazo hacen que
sea más fácil para las bacterias ascender a través de los uréteres hasta
los riñones. Por esta razón, muchos proveedores de atención médica
analizan la orina de las mujeres embarazadas durante sus visitas de
rutina. Si usted tiene síntomas de una IVU mientras está
embarazada, visite inmediatamente a su proveedor de atención médica, ya
que la infección podría causar un parto prematuro, y tener otros riesgos
tales como la hipertensión arterial.
¿Cómo se diagnostica una IVU?
Para determinar si usted tiene una IVU, su
proveedor de atención médica analizará una muestra de orina en busca de
pus y bacterias. Se le solicitará que proporcione una muestra "limpia"
de orina lavándose el área genital y tomando una muestra de orina "a
medio flujo" en un recipiente estéril. Este método para tomar la muestra
de orina ayuda a evitar que las bacterias del área genital ingresen a
la muestra y confundan los resultados del análisis. La muestra de orina
se envía entonces al laboratorio para que se la examine en busca de
glóbulos blancos y rojos, y de bacterias. Seguidamente, se permite que
las bacterias se reproduzcan en un cultivo. Luego de que las bacterias
crecen, se las evalúa contra distintos antibióticos, para ver qué
medicamento las destruye mejor. A este último paso se lo llama un
examen de sensibilidad.
Aunque su proveedor de atención médica puede comenzar el tratamiento
antes de que los cultivos bacterianos lleguen del laboratorio, éstos
confirmarán el diagnóstico y pueden producir un cambio en el antibiótico
que su proveedor de atención médica elija para usted.
Si la IVU no se cura con el tratamiento, o si usted tiene varias infecciones de la vejiga, puede que necesite un examen llamado
cistoscopia.
Un tubo flexible con una luz y una cámara se inserta dentro de la
vejiga para tomar muestras de orina y tejido. Su proveedor de atención
médica puede pedir otros exámenes que producen imágenes de las vías
urinarias, tales como el
pielograma intravenoso (IVP). Este
examen brinda imágenes de rayos x de la vejiga, los riñones, y los
uréteres. Otro examen de imágenes que usted puede necesitar es un
examen de ultrasonido, que suministra imágenes de los patrones de eco de ondas de sonido que rebotan en los órganos internos.
Existe un examen que le permite a mujeres con infecciones
frecuentes analizar por sí mismas su primera orina de la mañana. Ahora
hay
dipsticks (un tipo de papel de prueba que se parece a un
palillo, y que usted puede sumergir en una muestra de su orina)
disponibles sin receta en las farmacias, que cambian de color si existe
una infección.
¿Cuál es el tratamiento para una IVU?
Las IVUs se tratan con
antibióticos (un
medicamento que mata bacterias), generalmente por entre siete y diez
días. Para algunas infecciones, sin embargo, puede que sólo necesite una
única dosis de antibióticos. La elección del antibiótico y la duración
del tratamiento dependen de su historia clínica y del tipo de bacteria
que está causando la infección. Los medicamentos antibióticos que se
utilizan más frecuentemente para tratar las IVUs son:
- trimetoprima (Trimpex);
- trimetoprima/sulfametoxazol o TMP/SMZ (Bactrim, Septra, Cotrim);
- amoxicilina (Amoxil, Trimox, Wymox);
- nitrofurantoina (Macrodantin, Furadantin),
- y ampicilina.
A veces también se utilizan otros antibióticos, incluyendo
ofloxacina (Floxin),
norfloxacina (Noroxin),
ciprofloxacina (Cipro), y
trovofloxacina
(Trovan). Algunos antibióticos no son seguros para su consumo durante
el embarazo. Hable con su proveedor de atención médica acerca de los
riesgos y los beneficios de tomar los distintos medicamentos.
Obtener tratamiento adecuado impedirá que los problemas
de sus vías urinarias empeoren y afecten otras partes de su cuerpo.
Usted puede prevenir las infecciones renales viendo a su proveedor de
atención médica apenas tenga síntomas de una IVU. Si siente
dolor, pídale a su proveedor de atención médica que le recete un
analgésico, ya que hay varios medicamentos disponibles. Una almohadilla
térmica puede también ser útil.
¿Qué hago si sigo contrayendo IVUs?
La mayor parte de las mujeres saludables no padecen
infecciones reiteradas. Sin embargo, es probable que las mujeres que han
padecido tres IVUs continúen contrayéndolas. Cuatro de cada cinco de estas mujeres contraen otra IVU dentro de los 18 meses posteriores a su última IVU.
Muchas mujeres las padecen inclusive con más frecuencia. Si usted
padece infecciones frecuentes (tres o más por año), pregúntele a su
proveedor de atención médica acerca de una de las siguientes opciones de
tratamiento:
- Tomar dosis pequeñas de un antibiótico, tal como TMP/SMZ o nitrofurantoina,
diariamente por seis meses o más. Las investigaciones han demostrado
que esta terapia es efectiva sin causar efectos secundarios graves.
- Tomar una única dosis de un antibiótico luego del coito.
- Tomar una serie corta (de uno o dos días) de antibióticos cuando aparecen los síntomas.
¿Existen pasos que pueda tomar para prevenir una IVU?
Beba mucha agua todos los días para ayudar a expulsar las
bacterias de su organismo. Algunos proveedores de atención médica
sugieren beber jugo de arándano o tomar complementos alimenticios de
vitamina C (ácido ascórbico), que mantienen baja la cantidad de
bacterias en su organismo. Limpie el área cercana al recto y la vagina
todos los días. Orine cuando sienta necesidad (o alrededor de cada dos a
tres horas, y antes y después del coito). Limpie el área genital de
adelante hacia atrás, para evitar que las bacterias ingresen a la vagina
o la uretra. También ayuda tomar duchas en lugar de baños de inmersión,
evitar el uso de duchas vaginales y aerosoles de higiene femenina
irritantes, y usar bragas con entrepiernas de algodón, que absorben la
humedad. Algunas mujeres dicen que beber mucha agua luego de la
actividad sexual ayuda a prevenir nuevas infecciones.